lunes, 27 de agosto de 2012

The damnation




(Curioso pensar, hojeando viejas, ya amarillentas reseñas de libros, fervorosamente recortadas de suplementos literarios con nombre de bíblica torre multilingüe, que la literatura -los libros, leídos o escritos- acabó con el tiempo por convertirse en algo "real", y a compartir con ello la maldición que recae sobre todas las cosas reales del mundo: no estar a la altura de la proyección que el deseo -antes de la vida, antes de la decepción- se hace de ellas...)

La literatura antes de la literatura... Leer reseñas en lugar de los libros que criticaban, escribir notas que postergaban interminablemente el momento de enfrentarse a la redacción de la Obra Propia, teorizar ad nauseam sobre el alcance y el sentido de ésta cuando aún no se había pergeñado una sola línea... Eran estrategias que mantenían la literatura a una cómoda distancia, en el dorado reino de lo potencial, desde donde podía ser acariciado con dedos fervorosos por el lector/escritor en ciernes, nunca demasiado impaciente por lanzarse a hacer realidad (¿y malograr así?) algo de lo atisbado en aquella esfera nebulosa, que prometía los mayores tesoros con sólo desprenderse de la pereza -pero no hoy, tampoco mañana- y extraer un libro cualquiera de la estantería, o esbozar unos movimientos indolentes de la pluma sobre el papel...

Y sin embargo...

Hubo que leer los libros, hubo que intentar escribirlos; hubo que vivir, traicionando la idea de la vida que se había cocinado a fuego lento durante tantos años de dulce expectación contenida...

Algún día, en fin, habrá que amar; ¿se extenderá la maldición al último ámbito sagrado?...