
Una colección de minúsculos extrañamientos, epifanías de bolsillo, miradas al paso con las que el pensamiento avanza, quizá a ninguna parte, encerrado en el laberinto interior de una polisemia: curioso pensar, este pensar curioso...
viernes, 3 de febrero de 2012
My way

jueves, 2 de febrero de 2012
Nana
(Un breve relato, rescatado de los viejos-buenos tiempos en que la palabra fluía libre y ser escritor parecía, aún, al alcance de la mano...)
La ventana helada de invierno, ¡te sientes hechizado! En la alta madrugada, mientras todos duermen, te descubres despierto y aterido, con la nariz pegada en el cristal, viendo cómo el cerco de vaho de tu aliento sobre la superficie transparente se hace grande y chiquito, grande y chiquito… ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Qué te sacó de la cama, llamándote en silencio, nombrándote sin palabras, guiándote por el oscuro pasillo –triste niño de Hamelin- hasta abandonarte en el salón de tu casa, frente a la ventana cerrada? ¿Fue entonces que despertaste, con el frío que se cuela por cada rendija transformándote los huesos en frágil hielo, que podría resquebrajarse al más mínimo movimiento? (¡No te muevas!) ¿O no has despertado de verdad, acaso nunca lo hagas, y te busquen inútilmente en la cama, sacudiendo y agitando un cuerpo inanimado que ya no es el tuyo, sin saber qué tú sigues aquí, agazapado y aterido frente a la ventana?...

“No estás solo”…
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