Una colección de minúsculos extrañamientos, epifanías de bolsillo, miradas al paso con las que el pensamiento avanza, quizá a ninguna parte, encerrado en el laberinto interior de una polisemia: curioso pensar, este pensar curioso...
domingo, 18 de marzo de 2012
Fight club
Curioso desear, a veces, algo tan inusitado como recibir un buen (y nada metafórico) puñetazo; algo a lo que uno se hiciera acreedor implicándose profunda, visceralmente (y no mediante blandos acercamientos sobre el papel, escritura apenas que roce sin riesgo ni esperanza lo deseado) en aquellas historias de las que uno querría ser más que un observador entre las sombras, a veces un torpe actuante que al menor revés (siempre verbal, nunca propinado a la cara) sale de escena pidiendo disculpas, como si nunca hubiera estado ahí, como si nunca el deseo le hubiera atraido a terrenos prohibidos, vedados a su cobardía...
Un puñetazo, sí, que lo hiciera a uno de carne (magullada) y hueso (fracturado), que lo inscribiera firmemente en la carnalidad de las cosas, allí donde se fraguan los placeres y los riesgos reales, aquellos que afectan a personas y no a personajes... Un sacudir de las solapas a quien vive ensimismado en sus ensoñaciones, para traerlo de vuelta a aquel mundo hecho de cosas físicas y bien definidas que habitó en la infancia y perdió después, para decirle algo así como "bienvenido de nuevo a la vida"...
¿Alguien se ofrece?...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No se me amontonen, ¿eh?... Cada uno tendrá su turno ;-P
ResponderEliminarDe masoquismo vital adolecemos ahora? Anda que ya te vale...
ResponderEliminarPs: la siguiente fase es pasar a tener ganas de dar tu el puñetazo. Yo ando buscando ta,bien voluntarios... Pensándolo bien, yo quiero dar y tu recibir... Que mal suena esto.
Pues sí, suena mal... ;-P
ResponderEliminarHombre, yo no diría masoquismo... No es tanto un "quiero recibir un puñetazo", sino más bien un "quiero merecerme un puñetazo"...
De todas formas, como siempre, hay que distinguir entre la persona y el personaje (de algo así trata la entrada, en el fondo). Tendré que colgar un cartel diciendo "El autor no se hace responsable de las opiniones vertidas en su blog, ni siquiera de las opiniones vertidas por el propio autor" ;-P
Creo que tu texto describe muy bien ese anhelo que tenemos todos de experimentar de vez en cuando la realidad sin filtros, acostumbrados a vivir sumergidos en ficciones verbales o icónicas. Esa necesidad puede ser tan acuciante que nos lleve a poner en peligro la integridad física.
ResponderEliminarSiempre he pensado que el filme "Fight Club" defiende una filosofía que califico de "Zen perverso". Los protagonistas de la película, igual que algunos budistas modernos, buscan despertar de ese Matrix de chorradas consumistas impuesto por la sociedad occidental post-industrial. Pero en vez de sentarse a contemplar, recurren a una vía bien distinta: alcanzar la consciencia plena de sí mismos a través del dolor.
Conociéndote bien, amigo Julio, te invitaría a que te sientes conmigo a hacer zazen antes de ponerte a recibir hostias a diestro y siniestro. Me da la impresión que no aguantaríamos ni el primer round en el cuadrilátero ;-D
Qué grande. Una entrada que se rebela ante el acostumbrado "aquí nunca pasa nada". Una reclamación de daños y perjuicios, en sentido literal. Un puñetazo en la mesa, en suma, y nunca mejor dicho.
ResponderEliminarQuit your job. Start a fight. Me encanta.