jueves, 5 de julio de 2012

Espejo



Esa mirada de fragilidad del escritor de estación de autobuses, que al oír un ruido cercano se sobresalta exageradamente y mira a su alrededor con expresión desvalida, como si hubiera sido descubierto en medio de alguna acción vergonzante (¿acaso no lo es?, será la sospecha íntima que recorra toda una vida)… Curioso pensar, mirando a la mujer que unas mesas más allá lee a Rulfo mientras -extraña combinación- unta unas patatas en ketchup, y que hace un momento, antes del sobresalto que la ha sacudido de manera tan encantadora, escribía con letra apretada en un cuaderno -un cuaderno como éste, en el que yo la escribo ahora- anotaciones que uno desearía tanto poder leer…

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