martes, 19 de febrero de 2013

En el columpio...


Siempre balanceándome, suavemente acunado por la promesa de una melancolía inminente, entre la sencilla prosecución de mis días tranquilos o la entrega a una tristeza que se adivina sanadora, maternal; un líquido amniótico de tristeza que separa y singulariza, que abraza y narra el mundo, otra vez, con palabras bellas y tristes...

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