En el futuro, como siempre supimos que pasaría, llueve constantemente; no debido a alguna previsible catátrofe medioambiental, sino, más bien, a una afinidad de tono, la pertinencia de la lluvia como eterno telón de fondo a este tiempo sin tiempo, donde nada transcurre, donde nos alineamos silenciosos frente a las ventanas para ver, apenas, cómo llueve constantemente...
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