jueves, 10 de marzo de 2011

Museo de la soledad (ficción)

Algunos días sentir la necesidad de invocar la imagen del amor; entonces...


Perderse en el museo de la propia imaginación...





...Contemplar tantos retratos de mujer expuestos en las paredes de la memoria...


















...Seleccionar uno...






...Extasiarse en la contemplación (¿la evocación?) del más minúsculo, exquisito rasgo anatómico...




...Imaginar a la mujer enredada en su propio deseo, y temerla...





















...Evocarla luego en sus despertares, aparentemente indefensa, desarmada ante la belleza del mundo...



...Compartir sus melancolías...



...Llorar sus lágrimas...



...Sentir el desprecio en su mirada...



...Y recordar de golpe qué fue lo que la empujó fuera de tu alcance...






















...Así que abandonar el museo...

















...Y asegurarse de dejar esta vez las puertas bien cerradas.

8 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Precioso Julio... y bien cierto.

    Me ha encantado este post (me recuerda a los míos... :- ))

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  3. Muy logrado, muy logrado... sólo falta colgar en este museo el cartel de "se traspasa" ;)

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  4. Me ofrezco a pegarle fuego!!

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  5. No nos has dicho qué ha pasado con las llaves de los candados... ¿Aun las conservas o te has desecho de ellas? Por otro lado: el color del cabello... grandioso!!
    En fin. Todos hemos visitado museos como éste y, seguro, todos hemos estado tentados con volver a visitarlos, a sabiendas de que es lo menos recomendable.
    Gran entrada.... o mejor dicho, gran salida.

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  6. Por cierto, y a nivel general del blog (cuaderno). ¿Es coincidencia o lo has hecho con deliberada intención? Las tres etiquetas más utilizadas son "amor", "potencialidad" y "tristeza", con 31 veces en 141 entradas. Curioso pensar... ¿verdad?

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  7. Por cierto, MUSEO DE LA SOLEDAD, es un libro maravilloso de Carlos Castán. Neli.

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  8. Bueno, gracias a todos, hacía tiempo que una entrada de este blog no tenía una acogida tan calurosa como ésta.

    Neli, conozco ese libro, hace unos años leí un par de relatos incluidos en él. Estupendos, de un romanticismo y una desesperanza que rozaban la morbidez. Por cierto, el "incendiario" que amenaza con prender fuego a mi museo, unos comentarios más arriba, fue el amigo que me lo prestó. Culpa suya.

    Agus, "se traspasa soledad de largo aliento"... ¿Crees que alguien respondería a esa oferta? ;-)

    Ber, viejo zorro, te has fijado en que todas las modelos comparten una característica común, ¿verdad? Aunque dependiendo del cuadro, el color de pelo oscila de rubio limón a rojo óxido... Lo cual también es muy significativo. En cuanto a la preeminancia de esas etiquetas ("amor", "potencialidad", "tristeza") no es casualidad... son los tres vértices entre los que transcurre mi vida.

    Hasta la próxima visita al museo...

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