Un momento antes había sólo un mundo; ahora de repente había surgido otro, una línea temporal alternativa que por el momento era sólo un fragmento de tristeza, o de humillación, o de desengaño, pero que con el tiempo acabaría creciendo hasta edificar una ciudad entera y dar sustancia a cada uno de sus edificios, sus arcologías desplegadas al viento oscuro del mañana...
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