domingo, 26 de septiembre de 2010

S.


Otro personaje: la niña apenas cuyo discurso preñado de cultura, unido a la sugerente ambigüedad de sus actos y una predisposición natural a la crueldad, hacen pensar en oscuras sabidurías duramente labradas, en puntos de vista que amplían el manido ámbito de lo cotidiano. La sorpresa de quien se vea adherido a tan atractiva tela de araña, enredado en los piolines de su discurso, extraviado en los laberintos de esa ambigüedad, será descubrir que al cabo de todo ello "sólo" hay una niña luminosa, necesitada de cariño, que juega a la oscuridad con más inconsciencia que premeditación.

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