Una colección de minúsculos extrañamientos, epifanías de bolsillo, miradas al paso con las que el pensamiento avanza, quizá a ninguna parte, encerrado en el laberinto interior de una polisemia: curioso pensar, este pensar curioso...
sábado, 6 de noviembre de 2010
Carta de despedida (extracto)
(...) Sólo te preocupaba escribirme, no vivir conmigo. Siempre me mirabas de lado, encerrado en tus pensamientos, redactando mentalmente las frases con las que me acariciabas; luego te retirabas satisfecho al plácido rincón de tu indiferencia, saciado y sonriente, sin que tus manos se hubieran posado ni una sola vez sobre mí. Te bastaba poseerme con palabras, manosearme a placer allí donde nadie, ni siquiera yo, te podría disputar mi posesión (¿mi autoría?). Hiciste de nuestro noviazgo una épica historia de conquista, relatada capítulo a capítulo a todo aquel que quisiera escucharte; de nuestro matrimonio, un experimento narrativo vanguardista, o mejor, un ejercicio de entomología kafkiana, la observación minuciosa de una más de tus metamorfosis, la que surgía de la crisálida de tu viejo y gastado yo tejido con los hilos frescos de un nuevo cuerpo ajeno (...)
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