Si alguien quiere regalarme algo valioso, que me haga sentir otro; que me permita olvidar quién soy y dónde vivo (si es que ambas cosas no son una sola), que actúe para mí y pinte el escenario de otro color, persuadiéndome de haber ingresado mágicamente al mundo correcto, ese que un día sentí que me esperaba al final de todas las decisiones que, lamentablemente, no llegué a tomar.
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ResponderEliminarA veces tu literatura raya la confesión personal, como en este caso. Ya te he comentado que a nivel literario tus notas son impecables. Ahora te hago un comentario a nivel personal sobre este post: los que te valoramos lo hacemos por quién eres, tal cual, ahora en el presente. Quizás el problema esta en que tú no eres capaz de valorarte a ti mismo como lo hacemos los demás. Ya te lo he dicho muchas veces, y no me canso de repetirlo: intenta construir algo con el material del presente. No creo que sea bueno vivir continuamente en la "nostalgia del futuro" (una postura muy provinciana, quiero decir, romántica ;-))
ResponderEliminarSeguimos leyéndonos
Tu literatura nace de esa percepción.
ResponderEliminarExactamente. Como decía el músico, si fuera feliz no acariciaría la guitarra... acariciaría el cuerpo de una mujer.
ResponderEliminarJavi, el personaje soy y no soy yo, es lo bueno (y liberador) de este tipo de escritura. La vida personal es la fuente de la que manan estos fragmentos, que no son de ninguna manera fotografías de la realidad (o sí lo son, pero algo retocadas con photoshop)
ResponderEliminar: ))
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