miércoles, 24 de noviembre de 2010

Haciendo las maletas


El mecanismo del viaje, bien aceitado, se vuelve a poner en marcha, con su ya familiar aroma de ansiedades de estación, la eterna búsqueda de otredades que experimentar brevemente... Una vieja capital centroeuropea espera con sus paisajes de cuento de hadas, sus castillos de novela de Kafka y sus callejuelas donde, cualquier noche, toparse al Golem (¿y reconocer en él el rostro de uno mismo?)... A última hora, inesperadamente, un ángel con tentadoras formas de mujer insinúa ("quizá") su aquiescencia a convertirse en demonio tutelar del viaje... incrementando (¿o acaso disminuyendo?), leve o significativamente, sólo los días lo dirán, el peso del equipaje.

Todo está preparado, pues.

Hasta la vuelta, amigos.

1 comentario:

  1. Interesante cuestión: esperar encontrar en nuestro periplo (vital o de vacaciones, vete tú a saber) sólo con los dos extremos: el monstruo (uno mismo) o la femineidad.

    ResponderEliminar