martes, 21 de septiembre de 2010

Deseo, 2


Estirar la mano hacia el objeto deseado, ¿no es quizá la transgresión fundamental de las leyes del deseo? Pues para seguir deseando es necesario que aquello que se desea permanezca a distancia, no propiamente fuera de alcance (porque entonces el deseo suele despeñarse ante la imposibilidad de su materialización), sino apenas un poco más allá de lo que la voluntad, debilitada por el deseo de desear (de seguir deseando) alcanza.

3 comentarios:

  1. Tus textos sobre el deseo revelan una mirada muy personal sobre el tema, que no comparto pero admiro literariamente.

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  2. Te veo mucho más templado que entonces. Recuerdo aquella frase de Borges: Al principio, todo escritor es barroco, vanidosamente barroco, y al cabo de los años puede lograr, sin son favorables los astros, no la sencillez, que no es nada, sino la modesta y secreta complejidad. En fin...

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  3. Buena cita, César. Por cierto que nunca estuve de acuerdo con eso de que con el tiempo se acababa "escribiendo simple", prefiero la formulación de Borges, me parece más acertado eso de "la modesta y secreta complejidad". Ojalá esté en ese camino (es cierto que a veces no me reconozco en textos de hace años).

    Por cierto, ¿tú en qué andas? Si hay algo nuevo, me apetecería (y sé que no soy el único) echarle un vistazo...

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