lunes, 13 de septiembre de 2010

Lamento uruguayo

Es de quinta, pienso, es de personaje amar la tristeza. Prepararse cada vez, cuando el azar trae a la vida un amor, para la ruptura y la pérdida, y el infinito posterior tiznado de colores grises, realzado, insoportablemente bello. Antes habrá sido posible asir la vida, pararla, detener el flujo que corría indistinto para extraer de él los momentos preciosos, las eternidades sin cuento, las palabras que no pudieran expresar nada pero a las que igualmente, absurdamente se encomendara la misión de dar cuenta de todo.

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