Por la cristalera de un café veo una pareja latinoamericana empujando un coche de bebé bajo la lluvia; la mirada del padre me habla de la dificultad y la intemperie, y recuerdo Madrid. Así habría que habitar las ciudades, con humildad, conscientes de nuestra pequeñez tan poco relativa, sin la estúpida pretensión de conocerlas, de poseerlas y abarcarlas, de contarlas con palabras comunes, emputecidas por el uso.
¿"Emputecida"? Cierto es que muchas veces nos obcecamos en hacerlas nuestras, cuando sólo somos suyos. ¿Debemos vivir las ciudades o vivir en ellas?
ResponderEliminarMás que debemos, apenas podemos hacer lo que la ciudad nos permita, malvivirla, sobrevivirla, existir en sus márgenes, siempre sujetos, siempre esperando ganarnos, un día más, su caprichosa condescendencia...
ResponderEliminar("Emputecida", término uruguayo aprendido de mi admirado Eduardo Galeano)