
Poco podíamos imaginar, en aquella juventud tan pródiga en imaginaciones, que la tonta, convencional etiqueta de aquel mundo fantástico que tanto disfrutábamos -Forgotten Realms- no hacía más que arrojar un oscuro presagio sobre nuestro futuro de hombres adaptados, o lo que es lo mismo, de niños exiliados de los reinos maravillosos que felizmente habitaron un día, antes de la vida.
Buen viaje, compañero, por esos mundos de Dios (o de Sauron)... Ya te dije muchas veces que rozamos lo ridículo cuando, ensoberbecidos y con voz engolada, proclamamos a quien quiera oirnos algo así como "no, eso ya es algo de mi pasado, afortunadamente lo he superado por completo" ;-)
ResponderEliminar