viernes, 15 de octubre de 2010

Crónicas de autobús, 1


Al fondo de cada decisión está la muerte, pienso cada vez que veo a gente hecha (es decir, deshecha, según la máxima de Onetti), como aquella pareja avejentada bajando del autobús. Siempre seré joven, decido entonces (¿eso significa que nunca tomaré una decisión?); así el mundo vibrará de posibilidades, como hoy, y será distinto cada día. Luego pienso, en este insólito día de sol, que el otoño es perfecto para ser asaltado por fantasmas; y recuerdo: ayer salí, hacia niebla, y el mundo estaba impregnado de Ella. Hoy en cambio parece posible volver a mi apacible vida de antes, mi vida de autobuses y bellas desconocidas que nunca serán mías, que con un levísimo, casi dulce dolor perderé cada vez al subir o bajar del autobús...

6 comentarios:

  1. Vaya, unas gotas de esencia. ¿Existe la posibiliad de darle mayor extensión a este fragmento? Prolongar la historia más allá de la bajada del autobus o qué ocurría antes de subir.

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  2. Complicado, amigo, más que nada porque este fragmento ya tiene unos añitos... Además, mis crónicas de autobús son así, ideas, sensaciones, miradas, nada demasiado concreto... Pero ya te voy calando como lector, lo que te gusta es la carnaza, eh? ;-P

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  3. Efectivamente compañero. Si tienes ocasión y ganas, prueba con el último de Landero. Clavas el tono y el fondo de la narración. La diferencia es que él consigue escribir así cuando anda en las estribaciones de los setenta y tú lo haces..., desde donde lo haces. No pierdo la esperanza de que un día nos ofrezcas doscientas páginas de algo similar.

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  4. Similar a tu fragmento, por supuesto. No me malinterpretes.

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  5. Jo, de nuevo (y van), cuánto honor me haces... No me decidí en su momento a comprar el último Landero, pero me acabas de convencer de que debo hacerlo inexcusablemente... Además, estás consiguiendo con tus comentarios que este blog empiece a ser "reader-oriented"; uséase, con tus murmullos de desaprobación o (ejem) aplausos de entusiasmo consigues condicionar mi elección de los materiales que publico... Léase si no la última entrada, en la que bordeo abismos de pudor (más bien, me lanzo de cabeza hacia ellos), asumiendo riesgos que no suelo, no... Empiezo a sentirme como un Conan Doyle resucitando a Sherlock porque el público me lo exige. Y me gusta... ;-)

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  6. Lo de las 200 páginas con ese tono, engarzado en una trama coherente, con personajes sólidos, construcción de conflicto verosímil, etc... Ppfff, me parece un poco "de mayores" (vamos, que me da mucho respeto). Como jovenzuelo nocillero que soy, adicto a posmodernidades varias, me va más el fragmento, en el que me muevo con comodidad... Pero quién sabe, yo tampoco pierdo la esperanza, quizá algún día...

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