La mirada saltando del cuerpo, desgajándose de éste como si tuviera vida propia, un animal inquieto que vuela de una cosa a otra siendo a cada instante aquello sobre lo que se detiene, para dejar de serlo apenas un instante después. Esto sería la libertad, la única realidad virtual posible, el olvido del cuerpo y todo lo que éste arrastra penosamente en el éter donde flotan las miradas, cargado de posibilidad y de vida otra.
Aunque no comente nada, te sigo entrada tras entrada.
ResponderEliminar¡Ánimo!