sábado, 30 de octubre de 2010

Deseo de Bartleby

Un libro desconocido, mal encuadernado, casi oculto -oculto en la práctica por su insignificancia- en los anaqueles de una librería de segunda mano; un libro que nadie leyó, que se publicó apenas una década antes, el único que dio a la imprenta su autor después de años de esfuerzo y antes de resignarse definitivamente a una vida de oficinista... Ese libro sería un amante yerto, virgen, que nadie jamás amaría, que agotaría sus días sin ser nunca leído, pasta de papel nunca acariciada por unos dedos fervorosos... Curioso pensar en escribir un libro desde esa expectativa, con un raro orgullo, sin pretender nada más; "este libro que hoy escribo y que caerá al instante en el olvido en una librería de viejo"... ¿Es esto una impostura?

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