jueves, 28 de octubre de 2010

El habitante del mañana, 2


De joven, y siguiendo los consejos paternos, fui siempre muy ahorrador: ahorraba para el futuro deseos, atisbos, sensaciones con las que amueblar una vida mejor por venir... Todo ello, nada más aparecer por la conciencia -nada más erizarme el vello- era etiquetado como un recuerdo del futuro (¿era yo un arqueólogo a la inversa?), empaquetado en un embalaje de seguridad a prueba de golpes (los que tuviera que darme la vida, en los días por venir), y enviado al futuro por mensajería nada urgente (al fin y al cabo el paquete resultante me tendría que esperar allí), después de, si acaso, un breve instante de manoseo cargado de anticipación...

2 comentarios:

  1. ¿Vas a escribir tu "Habitante del mañana" por entregas? Sería una manera de atacar este proyecto sin que asuste demasiado. Además, el estilo fragmentario del blog se adaptaría muy bien a tu concepción actual de la literatura.

    Ya me cuentas.

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  2. Eso justamente estaba pensando. La verdad es que se me hace un mundo pensar en redactar a la manera tradicional, como cuando escribía relatos años ha... Sin embargo, abordar un proyecto (sobre todo uno tan ambicioso como éste) a fragmentos sí me parece asumible. Claro, no habría que descuidar el hecho de que, aunque sea a fragmentos, estás contando una historia compleja, que necesita una continuidad interna. Ahí estaría la clave del éxito (o fracaso) del resultado. No es fácil, tampoco te creas, el hecho de hacer nacer una historia "como las de antes" a través de la sinergia de mil pequeños fragmentos tiene su propia dificultad...

    Ahora, todos mis proyectos me parecen abordables desde esta estrategia narrativa. El habitante del mañana, MVD blues y, sobre todo, el Libro negro de la Ciudad, que es con lo que estoy trabajando ahora mismo. Espero poder ofrecer resultados pronto.

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